Libre de porosidad, el acero inoxidable favorece un bajo nivel de bacterias y otros microorganismos, lo que facilita la limpieza y evita la contaminación de la carne, factor fundamental en la conservación de los productos alimentarios.
Fabricadas en acero inoxidable, las cortadoras y sierras utilizadas en las plantas de procesamiento de carne garantizan que los tejidos, músculos y huesos de aves, cerdo, ternera y otras carnes se separen con precisión gracias a su gran dureza, sin generar contaminación. El acero inoxidable es un material inerte, sin porosidad y poco propenso a acumular hongos, bacterias y otros agentes patógenos. Es ideal para conservar los jugos, grasas y proteínas de los alimentos.
Los cuchillos profesionales utilizados en los mataderos deben tener un filo excelente, por eso se utilizan aceros.
En la amplia gama de la ingeniería alimentaria -que incluye piensos para animales y hamburguesas para establecimientos de comida rápida-, las picadoras y picadoras de carne requieren acabados superficiales con poca rugosidad para evitar la acumulación de impurezas y residuos del proceso. El acero inoxidable satisface esta necesidad con su acabado brillante, que facilita aún más el proceso de limpieza.
En la industria frigorífica, el acero inoxidable está presente en diversas zonas de trabajo, como mostradores, cintas transportadoras, bancos y ganchos. El acero inoxidable favorece un bajo nivel de bacterias y otros microorganismos. Esto facilita la higiene y evita la contaminación de la carne, un factor clave en la conservación de los productos alimentarios.
El acero inoxidable utilizado en cámaras frigoríficas debe soportar temperaturas inferiores a cero grados centígrados. Para soportar estos ambientes, es necesario utilizar aceros inoxidables austeníticos. Los hornos para cocinar carne y embutidos deben resistir la corrosión de bajo mantenimiento en carros, puertas y rejillas por la exposición al humo de leña quemada. En cuanto a la facilidad de limpieza, el acero inoxidable ofrece una higiene impecable.
