El acero inoxidable es famoso en la industria química por sus propiedades anticorrosión. En general, los tubos de acero inoxidable son el producto más utilizado para fabricar materiales vinculados al sector químico.
Tuberías, soportes de reactores y tanques son algunos de los equipos que más utilizan el acero inoxidable en este formato. Esto se debe a los elementos que lo hacen más saludable y fácil de higienizar. Los fragmentos de óxido que puedan desprenderse del material no se mezclan con otros componentes. Esto se debe a los elementos anticorrosivos presentes en su estructura.
Además, el acero para la industria química refracta el calor y el frío, por lo que es inmune a los cambios bruscos de temperatura. En otras palabras, un factor esencial para evitar compromisos en el funcionamiento de los materiales. No es de extrañar que este tipo de acero inoxidable sea tan demandado en la industria química.
Los tubos de acero son la forma más común, pero las placas y barras de acero inoxidable también son cada vez más necesarias en algunos fabricantes de productos químicos.